«Hermano asno» en la voz de su decano: 103 años (y sumando)
Así sonaba el 25 de mayo de 2017 un pasaje de Hermano asno en boca de su protagonista. Alguien al que solemos citar entre las personas más extraordinarias que hemos tenido el honor de conocer gracias a este libro. Se llama Julio Damián Muñoz y los hechos que lee se remiten a 1936, cuando era un seminarista de veintitrés años. Recién retirado como sacerdote estaba cuando lo entrevistamos, con 101 años. A punto de cumplir 104 se encuentra cuando le regalamos un ejemplar de la obra.

Apenas lo recibe, se lanza a buscar su foto y el texto que lo retrata y lo comienza a leer, con ese entusiasmo arrollador que nos conquistó cuando lo conocimos en 2014. Acudimos entonces a Talavera de la Reina, en Toledo, sin tener muy claro cuál sería el estado físico y mental del hombre con que el estábamos citados. Dudas comprensibles por su edad, que se disiparon apenas apareció, garrota en mano, subiendo y bajando escaleras tan pichi y evocando al detalle recuerdos de todo tipo.
Esa misma pasión por aprender y conocer nuevas experiencias le llevó a subir a un coche con aquellos dos desconocidos que le juraban que iban a llevarlo a ver algo insólito hasta para un centenario: un burro cazador de conejos.
En efecto, cumplieron, y don Julio, con la curiosidad en el semblante, se acercó a acariciar a aquel portento, el asno Gabi, sobre el que nos explayaremos en otro momento.
Hoy toca emocionarse con otro fenómeno de la Naturaleza, este sacerdote toledano que sigue conservando una lucidez y un buen carácter que le llevaron a brindar con entusiasmo por el éxito del libro que relata su epopeya, y que está ilusionado por presentar con nosotros en La Casa de la Iglesia, en Talavera. De momento, los interesados lo pueden adquirir aquí.
Para ir abriendo boca, nada mejor que el pasaje que empieza a leer en el vídeo anexo el decano de los entrevistados en Hermano asno, y que está en el capítulo quinto:
(…) La supresión de esa libertad fue una de las consecuencias de la confrontación que arrasó España desde 1936. Julio Damián Muñoz Cuesta lo recuerda con una memoria portentosa que conserva con frescura detalles de sucesos ocurridos ocho decenios antes, cuando era un veinteañero que estudiaba en el seminario de Toledo. Julio sigue en su tierra toledana, aunque ahora en Talavera de la Reina, en la casa sacerdotal donde lo acompañan sus tres hermanas esta tarde de marzo de 2014. Retirado de todas sus tareas menos de un año antes, sube y baja escaleras son soltura, aunque ya necesita una garrota. Una pena, con sólo 101 años. No es el más longevo de los cinco hermanos. La primogénita tiene cumplidos 103. Otra celebró 98. Un hermano, de 94, vive en otra ciudad con su familia. La benjamina, que atiende solícita a Julio, sus hermanas y las visitas sirviendo el café y las pastas, ha visto 90 primaveras; todos, claro, la llaman la pequeña.
«Nací en La Mata, provincia de Toledo, partido de Torrijos, el 27 de septiembre de 1913. Mi padre era un pequeño agricultor, con otro compañero ponía otro burro y los dos araban las tierras», evoca Julio al relatar su vida, en la que los asnos han sido un compañero fiel e imprescindible, desde aquellas tareas en el campo. (,,,)
