«Hermano asno» halla una lectora real en la Feria del Libro

Si algo motiva a quien edita un libro es, aparte de venderlo, conseguir que alguien lo lea. Ese afán compartido por cuantos participan en la Feria del Libro de Madrid es también el de Mondelo y Eliseo, autores de Hermano asno, que acudieron a la inauguración a ganarse una lectora real. Es más: real al cuadrado, pues amén de leer de veras, y no de boquilla, se trata de la reina Letizia.
Mezclados entre los curiosos que seguían las evoluciones de la comitiva regia por las casetas feriales, ambos periodistas se preguntaban si su antigua compañera en Efe los recordaría. Salieron de dudas cuando se acercó a saludarlos. Y claro, al preguntarles qué era de sus vidas, cómo no informarle de que llevan cinco años entregados a un libro de burros que le recomendaban, así que le traían uno.

La hoy reina, de la que desde su época como becaria en la redacción conocían su afición a la lectura, se despidió de ellos con su Hermano asno en las manos y la promesa de que lo leería. Así que, ambos autores dieron por satisfecho el objetivo de hacerse en la Feria del Libro con una lectora real. Los borricos, ya saben ustedes, son muy tozudos cuando se empeñan en algo.
El breve reencuentro dio lugar a alguna anécdota en la prensa a causa del estilismo de Eliseo, cuyas patillas victorianas ya habían ilustrado alguna noticia reciente y además fue a la feria cargando a su hija Ginebra, la lactante que le ha convertido en la Carolina Bescansa del periodismo asnal. El borriquero redactor está feliz de que le definan como hombre con un look rockero y tampoco le importaría acabar siendo el tío del bigote, como el de la etiqueta del linimento de Sloan que aliviaba las penas de bestias y humanos. Lo mismo a lo que aspira Hermano asno.