Ginebra, Tónica y anís en un bautismo entre asnos a cargo de un Koala

Algunos lo hicieron tocando música con tanta habilidad que admiraba. Otros, menos dotados para las artes, pusieron de su parte coreando palabras rituales y vivas a la autoridad. Los más, casi un centenar, rebuznaron hasta desgañitarse. Pero todos, tanto humanos como asnos, acompañaron de modo estentóreo el hermanamiento de ambas especies, escenificado mediante el bautismo de una niña, Ginebra, y una burra, Tónica, en un ritual oficiado por el Koala.

No, no se trata del argumento de una película de dibujos animados ni de los delirios ocasionados por un golpe de sol veraniego en el zoo. La susodicha escena tuvo lugar el pasado 14 de junio en el bosque de la serranía de Rute (Córdoba) que alberga a la Asociación de Defensa del Borrico (ADEBO). La primera protectora de pollinos española, referente mundial en la materia, quería celebrar de manera muy especial su trigésimo aniversario. Y lo consiguió.

Pascual Rovira, fundador de ADEBO, ha recorrido un arduo camino desde 1989 hasta juntar los 97 jumentos que moran en los terrenos de la asociación, declarados por él República Animalista Anarcopoética. Allí ha celebrado conciertos, exposiciones, recitales literarios, performances artísticas y, sobre todo, bautismos de pollinos.

En ese ritual laico, el cuadrúpedo recibe el nombre escogido por quien lo apadrina mientras es rociado con unas gotas de anís, el licor que dio fama a Rute. Un acto que puede sonar a cachondeo -y tiene mucho de ello-, pero ha conseguido atraer al pueblo a premios Nobel como Camilo José Cela y José Saramago y aristócratas como la duquesa de Alba, la baronesa Thyssen y la reina Sofía, entre otras decenas de figuras de fama internacional.

Un acto cargado de significado

La ceremonia volvió a reproducirse el pasado viernes, pero con una innovación clave: por primera vez, además de un jumento, recibiría los anises bautismales un ser humano. Una niña, en concreto. Un homenaje a la mujer rural, tan olvidada entre los olvidados, y un símbolo de la fraternidad entre dos especies que comparten más de lo que piensan y quisieran, como refleja el libro Hermano asno, patrocinado por la asociación.

La niña Ginebra, en brazos de su madre, Inma Sanz, acaricia a la burra Tónica durante el bautismo de ambas en Rute. (foto: Mondelo)

La vinculación entre el libro y este insólito bautismo va más allá, pues la niña Ginebra es hija de Eliseo García Nieto, coautor del libro junto al fotógrafo Mondelo. Ambos asistieron al acto, al igual que la periodista Inma Sanz, que sostuvo a su hija mientras recibía junto a la burra Tónica y un chivo, Limón, los anises bautismales esparcidos por Manuel Jesús Rodríguez, estrella del rock rústico más conocido como el Koala.

El popular artista malagueño, muy vinculado al mundo rural tanto en su vida privada como en la artística, es autor de una de las canciones más emotivas al asno, Panochillo. El Koala, que ya apadrinó hace años un pollino ruteño, no quiso perderse la fiesta, en la que intervino como oficiante de la ceremonia y además amenizando con su voz y guitarra.

Lo acompañaron en la tarea musical dos fuera de serie de la escena peruana: el virtuoso de la guitarra Riber Oré y Sergio “Checho” Cuadros, uno de los mejores intérpretes de quena, esa flauta andina de sonido inconfundible. Ambos, después de improvisar junto al Koala una actuación entre los asnos del refugio, ofrecieron por la noche un concierto con ocasión del Año Internacional de las Lenguas Indígenas que puso inmejorable final a una jornada que Pascual, apasionado de los juegos de palabras, considera un “recuerdo imburrable”.

(i-d) El guitarrista Riber Oré, el quenista Checho Cuadros y el Koala tocando ante Tónica durante el bautismo de la burra junto a la niña Ginebra en Rute. (foto: Mondelo)

Termina aquí también esta crónica con las palabras ceremoniales escritas por su padre para el bautismo de Ginebra:

 Amiga niña,
humilde y alegre compañera,
alégrate, porque un mundo entero,
inaugurado para ti cada mañana,
te aguarda para el resto de tu vida.
En este tu bautismo, te deseamos
que el planeta siga siendo un gran regalo
pero no venga envuelto en plástico.
Que necesites mucho a tus semejantes
pero jamás dependas de ninguno.
Que encuentres el amor adonde vayas
porque el amor habite en tu interior.
Que tu tristeza se mida en días
y tu alegría en años.
Y que goces la dicha de estar viva
y la muerte te halle sonriendo.

La niña Ginebra ofreciendo a la burra Tónica la rosa con la que acababan de recibir los anises bautismales durante el acto celebrado el 14 de junio de 2019 en Rute. (foto: Mondelo)

(las fotos del tríptico que ilustra esta entrada también son obra de Mondelo)

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2 comentarios en «Ginebra, Tónica y anís en un bautismo entre asnos a cargo de un Koala»

  • el 21/06/2019 a las 00:12
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    Gracias por poner tanto corazón y empeño en dar cobertura a estos animalitos que tan importantes han sido en el mundo rural, tiempo atrás, y tan tenaces ellos, a su lado siempre, niños o viejos, por eso se merecen un reconocimiento. Con gente como Pascual y vosotros dos incansables viajeros, especialmente Mondelo.
    Me alegro por vuestro empeño.
    Abrazos.

    Respuesta
    • el 21/06/2019 a las 10:19
      Enlace permanente

      Como siempre, tu comentario nos toca muy profundo. Tú eres el auténtico ejemplo del amor a estos animales y conocerte fue uno de los mejores regalos que nos dejó este libro. Un beso enorme, Mayka. ¡Nos vemos vestidos de romanos en Baños!

      Respuesta

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